AMANTES de Ana Pérez
AMANTES
Esa andaluza rabiosamente guapa, levantaba el ánimo de aquel madrileño adinerado e infiel. Tanto que él dispuso montarle un nidito de amor en Madrid.
El tiempo jugó en su contra viéndose sola y abandonada en aquel edificio de escaleras desgastadas por el pisoteo de la vida. Ni la escalera ni ella son lo que fueron.
Enferma y malhumorada, vociferaba su amargura por el patio de luz.
Las coplas salían de su potente radio rememorando sus orígenes.
Un día aquella escalera, con sus amplios rellanos, fue testigo de cómo su cuerpo bajaba por ella. Etérea buscaba el amor de su vida.
Ana Pérez
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