Volver a Entradas

LAS DOS ROSAS. Por Teresa Moreno

No sé en qué momento baje del tren.

Ni sé en qué estación estoy.

Camino entre los empujones de la gente.

Observando como padres e hijos y la

pareja de enamorados se abrazan 

a su llegada, pero tú no estás ahí.


Sentada en un viejo banco de madera, 

acurrucada entre mis hombros y mi

bufanda, abro un libro con las letras casi borradas. 

Entre las páginas dos rosas ya 

marchitas. Cierro el libro y 

y sigo con los ojos bien abiertos.


Mirando los zapatos de la gente,

mirando cada pisada que me recuerde

a tus pies y me suene 

a tu llegada.


Siento una mano en mi hombro

y acaricia el borde de mi cara.

Levanto los ojos y veo tus manos

ofreciéndome dos nuevas rosas.

Comentarios (4)

  • Regina

    Tere, me gusta mucho el texto por la delicadeza de su expresión

    24 febrero, 2020 at 04:16
  • ANA MARIA PEREZ SANCHEZ-MORENO

    El encuentro es tierno, con un lenguaje sutil y romántico. No sé si el hecho de encontrarse en una estación de tren desconocida es para dar magia al encuentro supuestamente fortuito pero es un detalle que no pasa desapercibido. Buen trabajo Tere.

    25 marzo, 2020 at 03:30
  • Tesa

    Gracias Ana Maria Sánchez. 😘

    21 mayo, 2021 at 06:20

Deja una respuesta

Volver a Entradas