ESPERARÉ (Teresa Moreno)
ESPERARÉ
Tan frágil y débil, pero llena de vida, asomada a la ventana permanecía.
Se fue su amor, se quedó vacía, tan solo quince años ella tenía.
Lejos, él no vivía. Solo el servicio militar los separaría. Él en Galicia, ella en Castilla. Mucha distancia tenían. Los días pasaban mientras ella su ajuar bordaba con mucha ilusión, pensando que un día los dos lo disfrutarían. Llegó un telegrama que no se pudo leer pues el telegrafista ausente del pueblo estaba. Pasaron los días y el telegrama volvía. En cuatro líneas ponía que había sido enterrado hacía ya dos días. ¡Dios!, ¿cómo lo permites?, decía ella llorando y muerta en vida.
Sus restos en Galicia quedaron, ella en Castilla continuaría. La vida se le quedó vacía. Vivía por vivir, pero ni aliento tenía. Tan solo se alegraba cuando al cielo miraba y en la noche estrellada el camino de Santiago divisaba. Con los ojos clavados en el cielo decía: este será el camino que nos permitirá vivir lo que en la tierra se nos negó.
Ese amor tan puro y bello.
Teresa Moreno de la Santa
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