Toda iniciativa requiere de mucho empuje, valor, trabajo y esa pizca de suerte que cualquier proyecto conlleva. Por eso me alegra dar la bienvenida a nuestra añorada revista de AESPI.
La historia de nuestra revista tiene más de 10 años y ha sido liderada por las consecutivas Juntas Directivas de AESPI desde su creación con gran esfuerzo y dedicación.
En los últimos años la Asociación ha experimentado algunos cambios que han ralentizado o, como es el caso, hecho un paréntesis hasta estar preparados para el reto tan difícil en el que debíamos adaptarnos a las nuevas tecnologías.
Sé que muchos anheláis el antiguo formato en papel pero el mundo digital ha conectado íntimamente en nuestras vidas y se ha implantado de manera definitiva.
Es así como nace este proyecto digital que hoy estrenamos dando continuidad a una revista anterior que muchos deseabais que volviera. Lo hace en un momento muy especial en el que el mundo se encuentra patas arriba, en una época en la que hemos pasado de la fragilidad a la preparación ante cualquier imprevisto, y eso precisamente nos ha cambiado para valorar más la cotidianeidad y las pequeñas cosas y afectos.
La revista tiene como objetivo informar y su contenido está orientado a todos los aspectos relacionados con nuestro acompañante incondicional, el Síndrome de Piernas Inquietas, sin embargo, hemos querido dar cabida a otros ámbitos, quizás menos científicos, que también pueden interesarnos pretendiendo ser un espacio de interacción donde poder expresar y compartir los trabajos e inquietudes y, en definitiva, acercarnos más.
Detrás de esta “empresa” hay un comité de redacción creado por voluntarios que ponen alma y corazón en uno de los retos más difíciles a los que nos hemos enfrentado.
Quiero dar las gracias a todos ellos por su impecable trabajo y dedicación en algo que, vosotros mismos vais a comprobar, les entusiasma, así como a médicos y especialistas que comparten sus conocimientos con todos nosotros a través de sus artículos.
Gracias, querido lector de antes y de ahora, porque formas parte de esta familia “aespiana”, o a ti, que simplemente estás aquí porque sientes curiosidad.